miércoles, 26 de diciembre de 2012

Estrategias didácticas para orientar el aprendizaje significativo





“El diálogo y el conflicto son factores 
constitutivos de un proceso de construcción
 democrática”.
-Paulo Freire

    Dentro de la problemática del método didáctico se presentan dos posturas, por un lado, una en esencia metódica, rígida e inflexible, la cual se ha catalogado como instrumentalista por el tratamiento que hace de las estrategias didácticas y por otra parte, la postura antimetodista, de la cual se dice que no pone interés en aspectos de contenidos entre las disciplinas escolares.

    En general, antes de plantear tecnicismos, posturas o alternativas, sería importante mencionar que la estrategia didáctica debería responder a los fines que se plantean en una tarea específica, en ese sentido la acción pedagógica no puede dictar un sentido separatista absoluto y se podría pensar en una combinación de orden y método, pero con la flexibilidad suficiente como para ser adaptada a cada situación especifica dentro de los actos educativos concretos.

    Sanjurgo (2006) rescata la idea anterior como sigue: “El método debe ser riguroso y sistemático, lo que no es equivale a decir rígido e inflexible”. El método didáctico bajo esa perspectiva adquiere toda la rigurosidad del método científico, pero rescata el rol del educador como facilitador del conocimiento, en ese entendido, la flexibilidad permite pensar en la importancia de una oportuna intervención pedagógica.

    El aprendizaje debe ser potencializado sin obedecer a modas fragmentarias, de otra  forma se rompería la mediación de los instrumentos didácticos. El método didáctico no es una receta mágica, o un listado procedimiental de acciones para el docente.

    Rodríguez y Edelstein, (1972,27) es mencionado por Sanjurgo (2006) y rescata el enfoque del método como sigue: “El método no es una suma de instrumentos o pasos, sino el conjunto de principios y procedimientos de investigación teórica y de actividad práctica… Sin un método es imposible resolver ninguna tarea teórico-práctica”.

   Todas las consideraciones que mencionan las autoras se enmarcan dentro del marco de la flexibilidad. En términos generales la diferenciación del método científico y el método didáctico radica en la formalización y la estandarización que ha alcanzado el primero. De la lectura se abstrae el que no se debe pensar en una formalización del método científico como tal dentro del proceso de construcción de los conocimientos.

    El planteo de un método didáctico está condicionado por la naturaleza (el objeto de estudio) de cada disciplina, en palabras de Sanjurgo (2006) sobre el método didáctico: “es aquel del que se sirve el docente para procurar guiar el aprendizaje significativo en la escuela”. El método didáctico asume características generales de la investigación científica y aporta un marco referencial, estrategias didácticas, planes y especialmente la figura del docente como orquestador entre las partes.

Más sobre las estrategias didácticas
    Se hace referencia al verbalismo como la corriente donde se considera que la lección debe ser memorizada mecánicamente, prevalecen la exposición y la ejercitación sin previa formación de una base conceptual.

    El sensual empirismo como corriente propone el uso de materiales de apoyo, fundamento visual y la acción de los sentidos. La Escuela Nueva se plantea entonces en los entendidos de actividad, creatividad, educación con sentido para la vida y funcionará en esa dirección.

    El conductismo como se plantea tradicionalmente, parte del esquema del estímulo-respuesta por lo que se considera que genera una concepción atomizada del conocimiento.

   Dentro de los aportes de la “Gestalt” (la palabra ‘Gestalt’ en alemán hace referencia a varias acepciones como lo son: crear, organizar, dar cuerpo, formar, figurar, ser fuerza creadora, creatividad y diseñar) se considera importante la construcción de estrategias globales para la comprensión de estructuras significativas, en ese sentido, se construye sobre cimientos sólidos para poder edificar otros niveles y el proceso continuaría secuencialmente.

    Se rescata entonces la necesidad de un aprendizaje verdaderamente significativo y un conocimiento claro del objeto de estudio, las estructuras cognitivas de los alumnos y una participación pedagógica oportuna para proyectar la construcción de los conocimientos.

   Interiorizando las propuestas anteriores, Sanjurgo (2006) propone que: “el método didáctico puede transformarse en un instrumento seleccionador o en un factor democratizador [de la educación]”

    Entre las notas de Sanjurgo (2006), se rescatan varios aportes de (Coll, 1991) quien menciona que “Las características individuales de los alumnos son el resultado de su historia personal… lo que el alumno es capaz de aprender depende tanto de sus características individuales como de la ayuda pedagógica que se le proporcione” en ese sentido, para Coll los métodos de enseñanza no se pueden clasificar como buenos o malos, una clasificación así es completamente subjetiva y arbitraria, la invitación que hace el autor es pensar más en las características individuales del sujeto cognoscente y el tipo de apoyo pedagógico que corresponde. No se trata de prescripciones curriculares, sino de concebir la enseñanza en función de los objetivos que se quieren lograr y las dificultades que se enfrenta el docente en el camino, sólo un diagnóstico docente oportuno puede dimensionar el proceso adecuadamente para alcanzar los fines y objetivos propuestos en un principio.

    Desde la perspectiva constructivista, el alumno es un ente activo que participa, construye, modifica, enriquece y diversifica sus esquemas. La labor pedagógica va orientada en términos de “ayuda” y “provocar el desequilibrio” que genere la duda metódica y una verdadera construcción del conocimiento.

     Aunque el dilema continúe, es importante para el docente plantearse cuál es la estrategia metodológica más oportuna según la ocasión, dependiendo por ejemplo de si se desea desarrollar una memoria comprensiva o una memoria mecánica y que la actividad no se convierta en un abuso del libro y los cuestionarios como se comentó en clase.

Organización de la enseñanza desde el constructivismo
     Básicamente, los contenidos se pueden aprender de forma mecánica o en forma significativa. Los niveles hacia los que se orienta el aprendizaje pueden ser de contenidos específicos (disciplinas y tópicos en estas) y normas, valores, actitudes que normalmente se suelen incluir conceptualmente dentro del currículum oculto.

     El aprendizaje significativo apunta al logro de la autonomía en los alumnos, valora lo emocional y lo intelectual y en la práctica se da muchas veces una paradoja cuando las instituciones acompañan el modelo con un manejo autoritario u vertical cayendo incluso en el doble discurso. Es por ello que al buscar la autonomía se debe pensar más en promover un modelo participativo y democrático que permita construir. En ese sentido la autonomía no está peleada con las estrategias didácticas adecuadas.

    En este marco, las estrategias didácticas deben ser dirigidas al cambio conceptual, normalmente la acción pedagógica va enfatizada a facilitar estos cambios entre las teorías, operaciones y las relaciones establecidas por el alumno.

    El conflicto cognitivo se demarca por la movilización del sujeto y la necesidad de establecer un orden práctico momentáneo, la generación de esos conflictos conceptuales y contradicciones gestionan la solidez y permiten que el estudiante readecue las estructuras mentales anteriores, las confronte y genere alguna situación que conlleva un aprendizaje, inclusive del error cometido.

    Para Sanjurgo (2006), el conflicto cognitivo es necesario, en ese entendido: “es necesario que el alumno tome conciencia del mismo, es decir que logre convertir las teorías implícitas en explícitas”. Lo que se persigue confrontando a los alumnos a un conflicto cognitivo es que logren desarrollar capacidades constructivas en un proceso bien definido y delineado por Aebli donde se rescata la explicación, la elaboración, la interpretación, la comparación, la relación, la ejercitación y la aplicación.

Fases del método y contenidos de aprendizaje
     Se persigue la utilización creativa y adecuada del contexto al sujeto que aprende el objeto de conocimiento, la construcción se da sobre situaciones problemáticas significativas, esto implica que el concepto pueda ser integrado oportunamente a una superred del conocimiento. Para que el aprendizaje se afiance es necesario en primer lugar que se interrelacione con los aprendizajes que tiene el sujeto.

     La posibilidad de establecer mayores relaciones dependerá de la instrumentación didáctica y los materiales que se utilicen. En el proceso de elaboración la materia debe ser fijada, se llevan a cabo reestructuraciones y se busca la movilidad, flexibilidad y sistematización del pensamiento. La movilidad permite revisar los esquemas personales y superar la visión unilateral.

    En general, estas etapas posibilitan la adquisición de nuevos conocimientos. Fundamental resulta entonces que el docente dedique una labor comprometida y oportuna de planificación de su clase.

    Errores comunes son por ejemplo: cuando se ha confrontado al alumno a un material o recurso específico y el alumno manifiesta que no ha entendido, el insistir con el mismo recurso didáctico. El docente debe aportar la suficiente movilidad de pensamiento para no caer en la elaboración memorística y mecánica.

    Según Sanjurgo (2006): “El ejercicio sin la construcción y la elaboración automatiza, desarrolla sólo la memoria mecánica a partir de la cual los conocimientos se vuelven lábiles y rígidos, pero el ejercicio después de la construcción y la elaboración consolida y da consistencia”

     La ejercitación entonces se considera pieza fundamental en el proceso de enseñanza constructivista, sin embargo Sanjurgo (2006), señala que “la ejercitación sin previa comprensión provoca apatía; previa motivación y comprensión de la situación total y de sus posibles aplicaciones produce placer y libertad interior”

     Como se mencionó anteriormente, se rescata el valor del error como elemento de valor pedagógico y que ayuda a articular el trabajo y las necesidades del alumno y del grupo en cuestión. Para ayudar a la construcción de los aprendizajes de debe buscar el uso de la memoria comprensiva, fundamentada con las construcciones de las etapas anteriores.

    Sanjurgo (2006), rescata en ese entendido que “ganando un nuevo contenido que ha sido aprendido constructivamente, éste se transforma en un instrumento para el dominio de nuevos problemas”.

    Importante es recordar que dentro de la misión prioritaria de la educación está el acrecentar el capital cultural de los sujetos y una vez que se consigue que el sujeto adquiera autonomía básicamente el individuo está mejor preparado para enfrentarse a las situaciones cotidianas y sobretodo, será capaz de seguirse educando pues posee mayores instrumentos de pensamiento.

    En ese sentido, son válidas las palabras de Aebli(1988), citado por Sanjurgo (2006): “La escuela debe acrecentar el repertorio mental que capacita para actuar y pensar, para ver y contemplar”  una adecuada estrategia didáctica permitirá el realce de los rasgos estructurales de las nuevas situaciones a las que se confronta al alumno.

     La labor docente adquiere relevancia en la propuesta de situaciones significativas como ejercicios, actividades interesantes y variadas que incentiven la imaginación y la creación autónoma en el individuo.

    En la fase de aplicación, se da una visión retrospectiva de los aprendizajes asimilados y los procesos interiorizados. Como conjunto cada una de las etapas busca que el aprendizaje de las etapas anteriores sea aprendido y asimilado.


Referencia bibliográfica
-Sanjurgo, Lilliana Olga. (2006). Aprendizaje significativo y enseñanza en los niveles medio y superior. Argentina: Homo Sapiens Ediciones.

FALA




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