sábado, 24 de febrero de 2018

Motivación en el aula


Por: Fernando Alejandro León Avelar.

Desde la lectura de María Inés Alfaro Rodríguez (sf)"La motivación es un proceso que activa, dirige y mantiene la conducta. La fuerza que provee el proceso motivacional impulsa las tendencias de las personas al acercamiento o al alejamiento de algo específico" (p.200). De este modo, motivación va enfocado más a la actitud que a la aptitud, desde la experiencia personal apelaría a un 'querer hacer', a la 'voluntad', a la 'disposición' y 'dedicación' que median para la obtención de un objetivo específico.

El caso contrario lo vemos ejemplificado con el desencanto que en muchas ocasiones provoca abandono y deserción estudiantil, que uno puede apreciar desde el día a día en las aulas, particularmente después de vacaciones de medio año. Alfaro apunta a que en este caso desde una perspectiva meramente conductista: "lo recién enseñado se ejecutará de manera mecánica o se procederá a cumplir por presiones externas, pero difícilmente, quienes aprenden, integrarán conceptos que vayan a conservar a largo plazo" (p.207).
Motivación y aprendizaje significativo.

La motivación y el aprendizaje significativo van interrelacionados, en tanto la primera posibilita la segunda y permite que el estudiante realmente esté en posibilidades de avanzar en su proceso de aprendizaje, Alfaro (sf) nos sugiere al respecto: "Para sentir deseos de aprender y dirigir la energía para lograrlo, el estudiante debe entender el sentido de lo que está aprendiendo. De lo contrario, la información nueva no se asocia con los conceptos preexistentes en la estructura cognitiva por lo que interacción entre la información recientemente adquirida y la información ya almacenada es reducida" (p.207).

El ejemplo lo vemos todos los días en el contexto educativo, si el primer día de clases se preguntara a los estudiantes ¿quién quiere eximirse?, posiblemente todos o casi todos levantarían la mano. Si se reformula la pregunta a ¿quién está dispuesto a estudiar todos los días 3 horas de matemáticas durante todo el año?, posiblemente no más de 2 ó 3 estudiantes levantarían la mano -no se contemplan los bromistas o los que quieren hacerse notar-. Por ende, la motivación va en esa línea, entre el querer y los mecanismos que se disponen e implementan para hacer, en el trabajo constante y la convicción/predisposición que se tienen para alcanzar una meta.

Afectación sobre el sistema educativo

Primordialmente se podría mencionar el uso de las estrategias que han prevalecido en el la educación nacional y que a su vez han llevado a miles de jóvenes a la deserción y desencanto de la educación nacional, particularmente favorecer la memorización, la repetición, la clase monótona con poca o nula participación de los estudiantes e imposición del monólogo docente además suele haber un uso inadecuado de recursos como el libro de texto que se toma como un recurso incuestionable y rígido, lo que limita el desarrollo de un aprendizaje verdaderamente constructivo, el diálogo y la apropiación de las estrategias necesarias para aprender a pensar y permitir el espacio de reflexión necesario.

Más allá de lo que demanda el mercado laboral, pensar en las exigencias reales que tienen los estudiantes en la vida, reconcebir el proceso educativo e ir más allá de actualizar un determinado contenido o adaptarse a la manera de un plan, al final del camino se trata de enseñar para la vida y crear las condiciones propicias para que los estudiantes puedan pensar sobre lo que están haciendo, el por qué, el para qué y su potencialidad.

Posibles mejoras para la implementación desde el aula
Básicamente sería que el docente deje de ser el todopoderoso para convertirse en un facilitador, involucrar a los estudiantes y que estos sean agentes activos y gestores de su aprendizaje, en suma sería salirse de las viejas estructuras impositivas y enseñar a pensar.

Culturalmente sería imperativo insistir desde niveles inferiores, en no fortalecer el temor hacia la matemática, mismo que se ha convertido en un sesgo y ya está asentado en los estudiantes, dicho estereotipo es una barrera fomentada por el entorno o inclusive la misma sociedad costarricense.

Se recomienda el uso de estrategias para motivar a los estudiantes, la interrelación de contenidos con los intereses de los jóvenes (es decir conocer lo que les gusta a los estudiantes para entrarles por ahí), un mayor uso de la tecnología en clase y repensar constantemente nuestro modelo educativo de cara a las exigencias del mundo actual, para lo cual la resolución de problemas se presenta como un mecanismo ideal (MEP, 2012).

Rescato más a modo reflexivo no sólo el hecho e imperativo de proponer una situación contextualizada al estudiante, sino la necesidad de ser una fuente de inspiración lo que en el fondo implica asimismo un ejercicio de metacognición, pensar sobre el pensamiento y las maneras de aprender, resolver el entorno, acceder y aprehender el entorno para más que inspiración se pueda hablar de utilidad y relevancia para los alumnos.

En ese entender, apelo a las estrategias innovadoras para motivar a los estudiantes. Usualmente, es el docente quien se encarga de la planificación y aplicación de las estrategias, pero se relega al estudiante a un rol pasivo. En el contexto nacional, es usualmente aceptado que el uso de las estrategias se han enfocado en lo tradicional, privilegiando en un uso inadecuado o inclusive obsoleto de las técnicas de enseñanza, si se piensa en la velocidad con la que ha avanzado la tecnología, aspecto que no permite que haya un aprendizaje constructivo, ni significativo para los estudiantes, lo cual además provoca desinterés, desmotivación y desorganización en el aula; además de obligar a los estudiantes repetir mecánicamente lo que el docente enseña, muchas veces presentándose la secuencia de pasos establecida por el docente como el único camino correcto o válido, lo cual limita mucho la creatividad y la indagación de nuevas estrategias por parte del docente.

Ejemplos de estas realidades descritas en las aulas nacionales se constatan con la realización repetitiva de prácticas en los cuadernos (escaso uso de la tecnología), los usos abusivos del texto escolar (en ocasiones, considerando que lo que está ahí escrito es irrefutable, o inclusive castigando en la nota a los estudiantes que emplean otros procedimientos o resuelven el problema usando otros caminos igualmente posibles) o simplemente con otros instrumentos que privilegian la memorización y la repetición de secuencias y no así el pensamiento crítico, ni el razonamiento lógico matemático lo cual favorece la deserción escolar, el abandono, el rezago y la pérdida millonaria de la inversión educativa realizada por el MEP en el país (salvo quizás en el caso del Sistema Nacional de Colegios Científicos Costarricenses).

Me quedo con una reflexión que hacen Caballero, A. y Blanco, L. J. (2007) ellos se refieren a la necesidad de: “un desarrollo óptimo de la dimensión afectiva en el aula de matemáticas son necesarias situaciones que posibiliten el descubrimiento y la liberación de creencias limitativas del alumnado, la incorporación de experiencias vitales así como la estimación de la emoción y el afecto como vehículos del conocimiento matemático. Para ello es precisa la formación del profesorado en aspectos matemáticos y didácticos específicos relativos al área de la sociología y psicología de la Educación Matemática” (p.5) personalmente y desde mi experiencia en colegios podría decir que realmente se podría marcar la diferencia con la formación de los profesionales en educación y no tanto con las promesas de campañas de cada cuatrienio que tanto mal le hacen a nuestra democracia.

Fuentes consultadas
Alfaro, M. (sf).TEMA Nº 5: Motivación y Aprendizaje significativo. En: Antología de lecturas. (2017). Curso Psicopedagogía en la enseñanza de la matemática. Tercer cuatrimestre 2017, UNED. Recuperado de http://campusvirtual.uned.ac.cr/lms/pluginfile.php/202553/mod_resource/content/1/Alfaro%20%E2%80%93%20Motivaci%C3%B3n%20y%20aprendizaje%20significativo.pdf [Consulta 20 de noviembre, 2017].

Caballero, A. y Blanco, L. J. (2007). Las actitudes y emociones ante las Matemáticas. Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura. Recuperado de http://campusvirtual.uned.ac.cr/lms/pluginfile.php/202560/mod_resource/content/1/Caballero%20-%20Actitudes%20emociones%20matematicas%20estudiantes.pdf [Consultado 16 noviembre, 2017].

Ministerio de Educación Pública de Costa Rica. (2012). Programas de Estudio en Matemáticas para la Educación General Básica y el Ciclo Diversificado. San José, Costa Rica: autor. Recuperado de http://www.mep.go.cr/sites/default/files/programadeestudio/programas/matematica.pdf [Consultado 20 noviembre, 2017].

No hay comentarios.:

Publicar un comentario