domingo, 29 de octubre de 2017

Reflexiones del sistema educativo


Por: Fernando Alejandro León Avelar.



El sistema costarricense tanto para primaria como para secundaria ha prevalecido más el mecanicismo, como apunta Rodríguez Díaz: "A los alumnos se les enseña las reglas y las deben aplicar a problemas que son similares a los ejemplos previos. Raramente se parte de problemas reales o cercanos al alumno, más aún, se presta poca atención a las aplicaciones como génesis de los conceptos y procedimientos", en otras palabras se enseña cómo resolver, se enseña a reproducir patrones, se enseña a copiar, pero no a pensar por sí mismos, la habilidad creadora y por ende la creatividad son escasas y las consecuencias de esto son nefastas y ya conocidas, más cuando se le pide a un estudiante que piense por sí mismo en la universidad hay deficiencias estructurales y vacíos serios. Sin exagerar, se mata la creatividad como muestra este vídeo que dejo por acá, si bien se plantea en un contexto preescolar, creo que el fondo es el mismo.



Las capacitaciones a docentes deben promoverse y también la actitud de cambio, hacia un aprendizaje permanente, desde la experiencia conocí muchas personas que se graduaron y nunca más volvieron a abrir un libro para reeducarse ellos, sobra decir que con el tiempo se fosilizaron y terminaron dando clases de esas donde si se quita al libro de texto se desaparece el motor de la clase. Creo que las TICs son fundamentales, pero no son todo, más que poner la última tecnología de punta diría que es el hecho de incorporar lo tecnológico como parte de una vivencia cotidiana. Finalmente, pensando en lo estructural y mecanicista que ha sido la enseñanza en nuestro país diría que poco se logra cambiando el programa si no se cambia el modo de enseñanza y de evaluación también, como comenta Felix Díaz "a los alumnos se les debe enseñar la matemática como un sistema bien estructurado, siendo además la estructura del sistema la guía del proceso de aprendizaje"

Sin embargo, lo mecánico aleja de lo real, del pensamiento propio y creativo, los estudiantes se dedican a reproducir en lugar de plantear y dirigir su propio aprendizaje... en ese sentido apuntaría a que sistemas de evaluación interdisciplinaria por proyectos y evaluación por medio de bandas como en Bachillerato Internacional, unido a todo lo anteriormente descrito, mejorarían el status actual de la enseñanza nacional.

Las críticas presentadas en a la luz del vídeo son vigentes, permanentes y válidas tanto en primaria y secundaria en Costa Rica, de cara a la práctica cotidiana y en cómo está estructurado nuestro sistema educativo. Primero, con exámenes estandarizados que para efectos prácticos sirven como 'coladeros', sin demostrar las verdaderas capacidades, ciertamente se renuevan los programas, se hacen reformas, pero en el fondo no se modifica el sistema de evaluación. 

En segundo punto, se mata la creatividad, no hay espacio ni para el estudiante y con tanta burocracia menos para el docente para llevar a cabo actividades que realmente sean significativas y perdurables en la vida de los estudiantes, hay excepciones, pero normalmente el pensamiento crítico, creativo y divergente tiene problemas para manifestarse dentro de la institucionalidad. En tercer lugar, sigue habiendo gran recurrencia hacia las prácticas nocivas que van contra la innovación como el apego incuestionado al libro de texto, el copiar monótonamente en la pizarra y la creencia de un docente omnipotente, el rápido avance tecnológico hace difícil el atraer la atención de los 'millenials' con prácticas obsoletas, por supuesto debe haber muchos casos de éxito, pero desde mi experiencia como estudiante y como docente en enseñanza pública y privada siento que no son tan distintos/diferentes los problemas de fondo, como lo señala el vídeo hay una brecha entre el avance en las técnicas docentes y cómo se concibe la práctica educativa de cara al avance tecnológico y la interactividad en la que viven de facto nuestros estudiantes.

Diría que lo que afecta además de las prácticas docentes nocivas son las formas homogenizantes como los test estandarizados, pruebas que favorecen o se centran primordialmente en la memoria, la falta de valoración que hay hacia otras destrezas, inteligencias y capacidades fundamentales/deseables como el trabajo en equipo, la parte crítica/analítica, la habilidad de conectar con los otros, la colaboración y otras que generalmente no se promueven desde la mayoría de aulas nacionales; claro, desde lo discursivo en los programas se quiere un sujeto crítico, pensante, con valores cívicos y comprometido con la sociedad, pero desde lo práctico fomentamos verdaderos robots que deben ajustarse a las demandas y requerimientos de más de una docena de profesores, los estudiantes cumplen -o desertan-, se preparan para los exámenes y aprueban pero la verdadera pregunta es ¿cúanto están aprendiendo? O con mayor honestidad, ¿están aprendiendo o se dedican a reproducir? 

En matemáticas por ejemplo esta dinámica la constatamos con la panacea del “Pase bachi a pura calcu”, los estudiantes caen en el juego de la rapidez y lo fácil, del aquí y el ahora; en suma, hay una desconexión entre objetivos, práctica docente y por ende tenemos personas mal preparadas del colegio que no logran ingresar a universidades públicas y comenzarán un ciclo de crédito y endeudamiento del que difícilmente saldrán porque así está diseñado todo: “¿no será más bien que el sistema educativo/económico/comercial funciona demasiado bien?” Dejo la inquietud por acá.

Para proponer cambios lo primero es reconocer que podríamos estar haciéndolo mejor y estar dispuesto a hacerlo, la primera idea es sobre el modo de evaluación ¿por qué no evaluar entonces por proyectos interdisciplinarios y buscar que los conocimientos sean puestos en práctica como se hace en IBO con el sistema de bandas, proyectos como la monografía donde el docente pasa a ser un guía del estudiante y no quien le dicta las respuestas?, ¿por qué no adentrarnos en la idea de comunidades de aprendizaje, donde todos somos gestores de este? 

Nuestro sistema, en efecto, mata la creatividad y no le deja mucho espacio al pensamiento crítico y divergente, por supuesto hay opciones como los colegios científicos o humanísticos, pero estos representan la excepción y no la regla, como segunda estrategia se podría diversificar más la oferta y que estos tipos de colegios no sean exclusivos para unos cuantos que logran acceder a ellos y salirse de la norma. En cuanto a las prácticas nocivas que van contra la innovación como el apego al libro de texto, el copiar monótonamente en la pizarra y la creencia de un docente omnipotente, considero que no se trata de satanizar la tecnología sino de incorporarla a la clase y renovar las prácticas docentes, si reconocemos que necesitamos seguir aprendiendo y capacitarnos constantemente superaremos en buena medida ese miedo a innovar. Por supuesto hay pasos que se tienen que dar, cambios de paradigma, pero lo principal es querer hacerlo y ya se está haciendo.


Referencias

Prince EA (sf). Juicio a la Educación Actual. Jefatura de Enseñanza 09 Secundarias Técnicas de Puebla. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=d5nYHIDUsi8 [Consulta 12 de junio, 2017].

Rodríguez, F. (sf). Filosofías de enseñanza de las matemáticas. Universitat de les Illes Balears. Didáctica de las Matemáticas. Recuperado de http://dmi.uib.es/~felixrd/docs/filosofiasEmatematicas.pdf [Consultado 19 de junio, 2017].






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