Por: Fernando Alejandro León Avelar.
El sistema costarricense tanto para
primaria como para secundaria ha prevalecido más el mecanicismo,
como apunta Rodríguez Díaz: "A los alumnos se les enseña las
reglas y las deben aplicar a problemas que son similares a los
ejemplos previos. Raramente se parte de problemas reales o cercanos
al alumno, más aún, se presta poca atención a las aplicaciones
como génesis de los conceptos y procedimientos", en otras
palabras se enseña cómo resolver, se enseña a reproducir patrones,
se enseña a copiar, pero no a pensar por sí mismos, la habilidad
creadora y por ende la creatividad son escasas y las consecuencias de
esto son nefastas y ya conocidas, más cuando se le pide a un
estudiante que piense por sí mismo en la universidad hay
deficiencias estructurales y vacíos serios. Sin exagerar, se mata la
creatividad como muestra este vídeo que dejo por acá, si bien se
plantea en un contexto preescolar, creo que el fondo es el mismo.
Las capacitaciones a docentes deben
promoverse y también la actitud de cambio, hacia un aprendizaje
permanente, desde la experiencia conocí muchas personas que se
graduaron y nunca más volvieron a abrir un libro para reeducarse
ellos, sobra decir que con el tiempo se fosilizaron y terminaron
dando clases de esas donde si se quita al libro de texto se
desaparece el motor de la clase. Creo que las TICs son fundamentales,
pero no son todo, más que poner la última tecnología de punta
diría que es el hecho de incorporar lo tecnológico como parte de
una vivencia cotidiana. Finalmente, pensando en lo estructural y
mecanicista que ha sido la enseñanza en nuestro país diría que
poco se logra cambiando el programa si no se cambia el modo de
enseñanza y de evaluación también, como comenta Felix Díaz "a los alumnos se les debe enseñar la matemática como un sistema
bien estructurado, siendo además la estructura del sistema la guía
del proceso de aprendizaje".
Sin embargo, lo mecánico aleja de
lo real, del pensamiento propio y creativo, los estudiantes se
dedican a reproducir en lugar de plantear y dirigir su propio
aprendizaje... en ese sentido apuntaría a que sistemas de evaluación
interdisciplinaria por proyectos y evaluación por medio de bandas
como en Bachillerato Internacional, unido a todo lo anteriormente
descrito, mejorarían el status actual de la enseñanza nacional.
Las críticas presentadas en a la luz
del vídeo son vigentes, permanentes y válidas tanto en primaria y
secundaria en Costa Rica, de cara a la práctica cotidiana y en cómo
está estructurado nuestro sistema educativo. Primero, con exámenes
estandarizados que para efectos prácticos sirven como 'coladeros',
sin demostrar las verdaderas capacidades, ciertamente se renuevan los
programas, se hacen reformas, pero en el fondo no se modifica el
sistema de evaluación.
En segundo punto, se mata la creatividad, no
hay espacio ni para el estudiante y con tanta burocracia menos para
el docente para llevar a cabo actividades que realmente sean
significativas y perdurables en la vida de los estudiantes, hay
excepciones, pero normalmente el pensamiento crítico, creativo y
divergente tiene problemas para manifestarse dentro de la
institucionalidad. En tercer lugar, sigue habiendo gran recurrencia
hacia las prácticas nocivas que van contra la innovación como el
apego incuestionado al libro de texto, el copiar monótonamente en la
pizarra y la creencia de un docente omnipotente, el rápido avance
tecnológico hace difícil el atraer la atención de los 'millenials'
con prácticas obsoletas, por supuesto debe haber muchos casos de
éxito, pero desde mi experiencia como estudiante y como docente en
enseñanza pública y privada siento que no son tan
distintos/diferentes los problemas de fondo, como lo señala el vídeo
hay una brecha entre el avance en las técnicas docentes y cómo se
concibe la práctica educativa de cara al avance tecnológico y la
interactividad en la que viven de facto nuestros estudiantes.
Diría que lo que afecta además de las
prácticas docentes nocivas son las formas homogenizantes como los
test estandarizados, pruebas que favorecen o se centran
primordialmente en la memoria, la falta de valoración que hay hacia
otras destrezas, inteligencias y capacidades fundamentales/deseables
como el trabajo en equipo, la parte crítica/analítica, la habilidad
de conectar con los otros, la colaboración y otras que generalmente
no se promueven desde la mayoría de aulas nacionales; claro, desde
lo discursivo en los programas se quiere un sujeto crítico,
pensante, con valores cívicos y comprometido con la sociedad, pero
desde lo práctico fomentamos verdaderos robots que deben ajustarse a
las demandas y requerimientos de más de una docena de profesores,
los estudiantes cumplen -o desertan-, se preparan para los exámenes
y aprueban pero la verdadera pregunta es ¿cúanto están
aprendiendo? O con mayor honestidad, ¿están aprendiendo o se
dedican a reproducir?
En matemáticas por ejemplo esta dinámica la constatamos
con la panacea del “Pase bachi a pura calcu”, los estudiantes
caen en el juego de la rapidez y lo fácil, del aquí y el ahora; en
suma, hay una desconexión entre objetivos, práctica docente y por
ende tenemos personas mal preparadas del colegio que no logran
ingresar a universidades públicas y comenzarán un ciclo de crédito
y endeudamiento del que difícilmente saldrán porque así está
diseñado todo: “¿no será más bien que el sistema
educativo/económico/comercial funciona demasiado bien?” Dejo la inquietud por acá.
Para proponer cambios lo primero es
reconocer que podríamos estar haciéndolo mejor y estar dispuesto a
hacerlo, la primera idea es sobre el modo de evaluación ¿por qué
no evaluar entonces por proyectos interdisciplinarios y buscar que
los conocimientos sean puestos en práctica como se hace en IBO con
el sistema de bandas, proyectos como la monografía donde el docente
pasa a ser un guía del estudiante y no quien le dicta las
respuestas?, ¿por qué no adentrarnos en la idea de comunidades de
aprendizaje, donde todos somos gestores de este?
Nuestro sistema, en
efecto, mata la creatividad y no le deja mucho espacio al pensamiento
crítico y divergente, por supuesto hay opciones como los colegios
científicos o humanísticos, pero estos representan la excepción y
no la regla, como segunda estrategia se podría diversificar más la
oferta y que estos tipos de colegios no sean exclusivos para unos
cuantos que logran acceder a ellos y salirse de la norma. En cuanto a
las prácticas nocivas que van contra la innovación como el apego al
libro de texto, el copiar monótonamente en la pizarra y la creencia
de un docente omnipotente, considero que no se trata de satanizar la
tecnología sino de incorporarla a la clase y renovar las prácticas
docentes, si reconocemos que necesitamos seguir aprendiendo y
capacitarnos constantemente superaremos en buena medida ese miedo a
innovar. Por supuesto hay pasos que se tienen que dar, cambios de
paradigma, pero lo principal es querer hacerlo y ya se está
haciendo.
Referencias
Prince EA (sf). Juicio a la Educación
Actual. Jefatura de Enseñanza 09 Secundarias Técnicas de Puebla.
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=d5nYHIDUsi8 [Consulta
12 de junio, 2017].
Rodríguez, F. (sf). Filosofías de
enseñanza de las matemáticas. Universitat de les Illes Balears.
Didáctica de las Matemáticas. Recuperado de
http://dmi.uib.es/~felixrd/docs/filosofiasEmatematicas.pdf
[Consultado 19 de junio, 2017].
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