Por: Fernando Alejandro León Avelar.
Entre la realidad y la ficción
Existe un desafío latente para el docente actual, el mismo consiste en buscar la manera de enamorar a los estudiantes de lo que se enseña y trascender más allá de la mera transmisión lineal de conocimientos. Se habla de desafío en el contexto de una avanzada histórica en tecnología, conectividad y telerealidad en que viven inmersos/bombardeados los estudiantes. Lejos de competir o imponerse a esta realidad vale la pena preguntarse ¿cómo lograr insertarse en las dinámicas del denominado millenial para una mejor asimilación de la materia? Para asimilar la idea, la reflexión será abordada en tres partes primeramente se establecerá un paralelismo con la película Nerve que si bien supone un mundo de ficción nos da una buena idea de lo que podría estar pasando con una generación cada vez más subsumida en la vivencia posmoderna; seguidamente, se dará una breve descripción de lo que son los denominados “millenials”, aspecto esencial que sin duda parte de la generalización y podría ser sometido a múltiples críticas o matices; finalmente, se asumen las posibilidades del docente en el marco de lo que hasta ahora ha sido una educación típicamente marcada por la falta de innovación y su apego a las viejas fórmulas.
Nerve, entre la ficción y la realidad
En agosto del 2016, se estrenó en Estados Unidos la película “Nerve” de los directores Ariel Schulman y Henry Joost, en este filme se expone una dinámica de telerealidad intrínseca y proyección latente de los individuos a partir de las redes sociales; dentro de lo expuesto en el largometraje se revela una generación de jóvenes adolescentes que participa activa o pasivamente por medio de peligrosos retos, popularidad, una escalada de apuestas y la dinámica perversa de un juego online donde la regla es que no hay reglas; los retos se aceptan o se rechazan pero la presión social termina imponiéndose y eso sí, la única forma en que los participantes podrían salir del juego es ganándolo o muriendo en el intento, si renuncian a el, pierden un reto al igual que si denuncian el anónimo juego ante las autoridades, en ese caso se convierten en prisioneros del sistema.
Desde lo mostrado en la película, es impactante constatar la dinámica perversa de escalada en la que interactúan los jóvenes ante la falta de perspectiva sobre su futuro o lo que la sociedad pueda ofrecerles como modelo de vida, en efecto las fiestas, el sexo, las drogas, el alcohol, la ausencia de límites y transgresión de las leyes son la norma; respecto a la dinámica del juego, al principio los participantes compiten atraídos por la posibilidad de ganar dinero fácil, aunque tengan que poner en riesgo su vida, por supuesto no todos participan como jugadores, también están los que sólo siguen lo que está pasando, pero en la dinámica del juego su estatus de 'voyeurs' los convierte en cómplices de lo que ocurre, en efecto su estatus es más el de espectadores; a medida que los retos aumentan se incrementa el número de fans de quienes van superando las pruebas, para efectos del juego son seguidores anónimos y a la vez mecenas de los participantes, todo ello a expensas de tarjetas de crédito que proporcionan padres de familia que nunca pudieron darle tiempo de calidad a sus hijos, se crea entonces toda una economía interna donde los jugadores o exhibicionistas se ven recompensados monetariamente después de cada reto que logran superar, en caso de perder o renunciar pierden todo lo ganado, pues las cuentas bancarias son hackeadas al instante y dejadas en ceros, tampoco están ausentes la violencia física o la venganza para quienes se atreven a acudir a las autoridades, que en realidad son incompetentes ante una dinámica que desconocen, ignoran y se escapa de todo control.
Esta dinámica donde lo fácil es atractivo, tiene por supuesto su lado perverso, para los creadores del filme Joost y Schulman, se refleja "el lado oscuro del anonimato, de las aventuras adolescentes noctámbulas y de las redes horizontales en las que el ruido vale más que la sensatez” (a partir de la entrevista realizada por Steve Kouessan 2016), pero curiosamente lo expuesto va el la línea de lo que ocurre en el mundo real, retos como “la ballena azul”, tiroteos en escuelas secundarias en Estados Unidos y México que han sido previamente anunciados y celebrados en Facebook u otras redes sociales son prueba de ello, ante lo cual queda preguntarse ¿cuál es la capacidad del docente para formar ante una generación denominada de 'millenials' que inmersa en una escalada tecnológica sin precedentes simplemente no se ve atraída por nada de lo que se les ofreció a sus antecesoras y crecen en general sin una expectativa de vida? Por supuesto, podría pensarse que una situación como la sugerida a partir de Nerve es excesiva, del mismo modo podría decirse que no todos los jóvenes pueden ser clasificados en su comportamiento a partir de la dependencia tecnológica y la dificultad para establecer relaciones sociales duraderas, sin embargo entender el concepto y las implicaciones de la generación millenial puede ayudar a delimitar y entender parte de los desafíos a los que se enfrenta el docente en el salón de clases.
Caracterización de los millenials, ¿a qué nos estamos confrontando los docentes?
Como (1) punto de partida, Simon Sinek (2016) considera como millenial a “la generación de jóvenes nacida después de 1984, primordialmente se les encasilla como personas difíciles de manejar, algo narcisistas, egoístas, perezosas, que confunden derechos con liderazgo y responsabilidad” (traducción propia). El analista rescata el que esta generación nació con los celulares, internet y ha vivido conectada siempre; adicionalmente, se resalta que dentro de sus aspiraciones esencialmente, buscan un lugar con propósito, generar un impacto y encuentran dificultad para ser felices; desde la postura de Sinek, se identifican cuatro áreas primordiales de incidencia en esta generación respecto a sus antecesoras.
En primer lugar, la crianza. El analista afirma que con padres sobreprotectores los millenials fueron víctimas de 'estrategias de crianza fallidas', partiendo del hecho de decirles que eran especiales, que tendrían todo lo que quisieran de la vida y recibir premios por exigencia de los padres ante las escuelas y no porque los merecieran realmente, en este punto Sinek ironiza afirmando que muchos de ellos recibieron medalla por llegar de últimos y posteriorente en la vida laboral descubren que la vida real no es así de fácil, que nadie va a dar una medalla al que llega de último y por ende la autoimagen se viene abajo.
Como segundo punto, está la tecnología, el apego a redes sociales de la mano con una visión posmoderna que la realidad pasa por filtros, se exponen entre otras una vida artificial y de apariencias donde todos muestran liderazgo, vivencias felices pero en la realidad pareciera ser todo lo contrario, no hay una certeza de hacia dónde se quiere ir y se genera una creciente falta de autoestima que es subsanada con el efecto adormecedor a nivel cerebral de los 'likes' o 'me gusta' y la constante exposición mediática, donde está latente el deseo de aprobación de los pares. Sin embargo, detrás de esta dinámica los jóvenes carecen de las habilidades básicas para lidiar con el estrés o forjar relaciones sociales más profundas, sin estos mecanismos de supervivencia se tienen amistades superficiales y se refuerza la idea de una muy baja autoestima en ellos.
El tercer punto mencionado por Sinek es la impaciencia, caracteriza a la generación como impaciente por naturaleza al haber crecido con la recompensa instánea. El analista afirma que en general no desarrollaron la habilidad para esperar, ni los mecanismos sociales de supervivencia para ello, por el contrario toda gratificación responde al estímulo y a la lógica del aquí y del ahora, lo cual a su vez genera instatisfacción laboral al sentir que no están logrando un impacto, como la debilidad de las relaciones sociales marcadas por la impaciencia y un sentido de vacuidad que dificulta el esperar por el amor, el éxito laboral, la alegría y la confianza en los demás, el analista plantea el caso creciente de suicidios, sobredosis, alcoholismo, abandono escolar y depresión por parte de los jóvenes de esta generación en países desarrollados.
Como cuarto y último punto para aproximar al millenial se plantea el entorno, donde se le ha dado más importancia a lo económico que al ser, al tiempo que las ganancias se valoran por encima del ser humano no se desarrollan ni la confianza, ni el espíritu de cooperación, ni se logra un balance entre lo digital y lo real, creando una imagen irreal, sin perspectiva que lleve a la realización social del individuo, a la creatividad, al surgimiento del liderazgo para construir relaciones duraderas, al desarrollo de la confianza enmarcado por la constancia, con una dependencia que alcanza niveles adictivos respecto al teléfono celular, lo que impide un desarrollo integral de los individuos.
Ante esta realidad, ¿qué es lo que está llegando a las aulas? y ¿cuál es la misión del docente cuando se le pide que enseñe determinados contenidos a individuos que han sido privados de una comprensión integral de la sociedad, de los fenómenos y de las interacciones elementales como una conversación cara a cara o la intermediación social sin su teléfono celular?
Rol docente y realidad aúlica
Es indudable la importancia que adquiere el rol del docente de matemáticas como intermediador, facilitador y guía de los aprendizajes en la era de la información. Más aún, la trascendencia de la labor docente consiste en humanizar el proceso de enseñanza y aprendizaje, significa e implica el trascender la trasmisión lineal de contenidos y fomentar una reflexión intregral tomando en cuenta que en su labor como educador, formador y docente está la interacción con personas, que a su vez tienen metas, aspiraciones, deseos y en cierta manera han sido privados de expresión, cuando la realización de los individuos responde más a una construcción mediatizada a través de redes sociales y donde lo material ha sustituido el afecto de las familias.
Ciertamente, el docente no debería crear una cruzada en contra de la tecnología en clase, más bien debería buscar la forma de incorporar las diferentes herramientas en la comprensión integral del mundo y ser más abierto a los distintos esquemas mentales a fin de conciliar más una mayor empatía con los estudiantes; inclusive, en la labor docente se puede invitar a la reflexión concienzuda cuando se descubren problemas ambientales, estadísticas sobre enfermedades, deserción, guerras, estereotipos, prejuicios y otros tópicos que lleven a nuestros estudiantes a reconocerse como individuos y descubrirse como ciudadanos del mundo; el docente ante todo es un facilitador para los estudiantes, permitirles darse cuenta de su condición y la toma de consciencia contribuirán a que estos consideren su vivencia más allá de las redes sociales y su zona de confort.
Cabero (2004) resalta el valor de las TIC en la interacción docente, en su exposición es factible ver que no se trata de satanizar a la tecnología sino de ponerla al servicio de la educación para el aprendizaje significativo de los estudiantes, al respecto:
Entre las pocas cosas que vamos sabiendo sobre las TIC, está que la interacción que realizamos con ellas no sólo nos aporta información, sino también modifican y reestructuran nuestra estructura cognitiva por los diferentes sistemas simbólicos movilizados. Sus efectos no son sólo cuantitativos, de la ampliación de la oferta informativa, sino también cualitativos por el tratamiento y utilización que podemos hacer de ella. De cara a la educación nos sugiere que estas TIC se conviertan en unas herramientas significativas para la formación al potenciar habilidades cognitivas, y facilitar un acercamiento cognitivo entre actitudes y habilidades del sujeto, y la información presentada a través de diferentes códigos. (Cabero 2004, p. 18).
Finalmente, es necesario rescatar la importancia de la motivación en clase (a fin de generar empatía del docente con sus alumnos); la conciliación entre enseñanza y aprendizaje con las nuevas tecnologías de la información (no debe haber un divorcio, sino un punto donde ni una remplaza a la otra pero se apoyan y se complementan); ciertamente, se debe permitir a los estudiantes ser co-gestores de su aprendizaje (lo que además permite la creación de hábitos y la responsabilidad); favorecimiento de dinámicas grupales (como proyectos y la aplicación de los conocimientos en forma multidisciplinar) y el proponer dinámicas significativas para el estudiantado, mismas que vayan más allá de la clase tradicional, del dictado y el papel del docente 'todopoderoso'.
En ese sentido, es muy válido aquello que “La escuela siempre va por detrás de la sociedad y hay un desfase evidente entre el uso que de las nuevas tecnologías se hace a nivel general, en las diversas actividades sociales y económicas cotidianas y el que se hace en las escuelas” (Gargallo López 2003, p.20). El reto es latente, para los educadores la valía de la profesión y su permanencia en la posteridad ante la automatización de procesos debería impulsarse a través de la experiencia humana y el poder incidir para bien en la vida de sus estudiantes, en ese sentido, un autómata para la enseñanza programada simplemente no lograría mostrar el lado humano, ni propiciar la vivencia de lo esencial y del darse cuenta, ante esa perspectiva es innegable la existencia de un desafío permanente y latente del docente de matemáticas de cara a la postmodernidad, cierro el ensayo haciendo latente aquella máxima popular de “los errores engendran errores” la buena noticia es que de la misma manera “los aciertos engendran aciertos” y a pesar de las dificultades es posible hacer la diferencia en el día a día con nuestro trabajo desde las aulas .
Fuentes bibliográficas
Almenara, J. C. (2004). Formación del profesorado en TIC. El gran caballo de batalla. Comunicación y Pedagogía: Nuevas tecnologías y recursos didácticos, 27-31.
Kouessan, S. (2016). Nerve : Ariel Schulman et Henry Joost, "On est des joueurs... et des voyeurs !". Entrevista exclusiva a Ariel Shulman y Henry Joost. Melty Cinéma. Recuperado de http://www.melty.fr/nerve-ariel-schulman-et-henry-joost-on-est-des-joueurs-et-des-voyeurs-exclu-a543114.html [Consultado 16 de julio, 2017].
López, B. G., Rodríguez, J. S., y García, M. I. D. (2003). La integración de las nuevas tecnologías en los centros: una aproximación multivariada. Ministerio de Educación.
Sinek, S (2016). On millenials in the workplace. Inside IQ Quest with Tom Bilyeu Millenial Question, TEDx UPF. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=hER0Qp6QJNU&t=4s [Consultado 16 de julio, 2017].
(1) Para toda esta sección se tomó la descripción que realiza Simon Sinek (2016) sobre los denominados millenials.
(1) Para toda esta sección se tomó la descripción que realiza Simon Sinek (2016) sobre los denominados millenials.